Sin duda alguna, el depósito de tesis doctorales en repositorios “abiertos” es un tema muy conflictivo y aun no resuelto que recoge intereses encontrados entre la institución universitaria y el investigador ya postdoctoral. El mundo de la ciencia abierta tiene aun mucho de utopía. En los últimos años se han creado ránkings universitarios de repositorios que han generado una alta competitividad entre universidades por tener el mayor número y lo más rápidamente posible los artículos, libros y cualquier objeto digital de su comunidad de investigadores. También las “tesis doctorales”…
Si bien estos trabajos académicos no son propiamente publicaciones, sin duda, se convierten en publicaciones desde el momento que están accesibles en los Repositorios, ya que son objetos digitales (tengan o no DOI, tengan o no ISBN) y están en Internet accesibles para toda la comunidad (y fácilmente encontrables mediante motores de búsqueda o el mismo Google), por lo que rompen la premisa de lo original o en todo caso de lo inédito (no accesible), principios básicos de la normativa de una revista científica y aún más en las revistas posicionadas en los primeros cuartiles de las áreas que se destinan exclusivamente a recoger lo más relevante, novedoso y original de la ciencia. Es ese su cometido, y su visibilidad e impacto está directamente ligado a este fin.
Este tema ha generado ya muchas controversias entre autores y editores en revistas de alto nivel, generándose rechazos de trabajos por “plagio”, que sorprende a los autores cuando es obvio que no se trata de un simple plagio (en el sentido de apropiación indebida de la propiedad intelectual ajena) y, por ende, no puede ni debe tener valor negativo asociado. Si bien, no hay que olvidar que sí es copia “literal” de trabajos ya accesibles, simplemente autoplagio del trabajo académico del doctorando ya doctor. En todo caso, se trata de una obra “no publicada” en el sentido estricto y clásico de la palabra, pero sí accesible, si bien estos dos términos en la sociedad de Internet se diluyen cada vez más.
Ante esta situación, hay diferentes opciones. La más recomendable desde nuestro punto de vista es que el doctorando vaya publicando sus hallazgos a medida que toman cuerpo sólido sin esperar al final de la redacción de la tesis y menos a que esté publicada en los repositorios. Lo que es un criterio de calidad evaluable por el propio tribunal cuando la tesis se publique y algo en muchas universidades obligatorio.
Por otro lado, muchas universidades, conscientes de esta realidad y sensibles a la necesidad de los doctorandos, de sacar fruto a su investigación personal, permiten ya el embargo para que los trabajos una vez finalizados y antes de que sean “accesibles en el Repositorio”, tengan un tiempo de postulación (suele ser de uno o dos años) en revistas, libros, capítulos, congresos… antes de ser “publicados” definitivamente en el Repositorio (normalmente con un DOI e incluso con un ISBN) que, sin duda, dan plus a las Universidades pero que dejan ya al trabajo fuera del circuito de lo “no publicado”.
También hay otras fórmulas que se deben explorar como no publicar “literalmente” fragmentos de una tesis doctoral cuando son varios autores los que firman los artículos, ya que, si se trata de una obra colectiva, ha de ser fruto del trabajo de todos. Además, una tesis y una revista son dos medios diferentes de canalización de la difusión científica, y difícilmente el formato de un artículo de primer nivel coincide que el de una tesis doctoral.
Las tesis doctorales y los trabajos de los investigadores noveles pueden tener cabida en cualquier publicación, en el caso de las revistas de mayor impacto también es posible, siempre y cuando sean trabajos excelentes que “marquen” nuevos caminos para la ciencia y por supuesto que no arrastren errores de base. En líneas generales, las tasas de aprobado en los tribunales españoles (92% sobresaliente cum laude) dista mucho de las de aceptación de las mejores revistas (5-10%), es decir las exigencias de calidad son completamente diferentes y estar recién doctorado no es un mérito añadido. Si bien, es obvio que para la recepción normalizada de trabajos doctorales hay otras publicaciones de menor visibilidad e impacto.
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