A pesar de que la comunicación escrita forma parte de la vida académica de todo estudiante, la redacción del artículo científico comporta una serie de requisitos que lo diferencian de otro tipo de textos y por tanto, dificultan su elaboración. Entre los principales aspectos que destacan en este tipo de redacción (de los que hablamos en otra entrada) podemos destacar: la claridad, brevedad y precisión. De ahí que, cuando se comienza en la escritura de artículos científicos, la utilización de expresiones específicas, de frases hechas, proporciona una guía o ayuda que facilita dicha labor.
Las “frases rituales”, esas frases con una forma concreta o repetida y de uso común, pueden en determinados casos favorecer la ilación de las ideas y evitar los bloqueos que surgen a la hora de ponerse a escribir. E incluso, simplificar o agilizar la comprensión del texto. No obstante, el problema, como en todo, surge cuando se abusa de estas expresiones, algo que suele ocurrir con bastante frecuencia en los artículos de investigación, a causa de la búsqueda de una redacción más cercana a la científica, así como en la escritura en otro idioma, dada la especificidad de esta literatura. Por el contrario, lo que se consigue con este abuso es una falta de precisión ya que tomamos frases “precocinadas”, que valen para cualquier artículo y no para la expresión de la información concreta y particular que queremos comunicar. Además, de restar originalidad y parecer repetitivo.
Por tanto, a la cuestión de si habría que demonizar y contribuir a la erradicación de estas frases rituales, la respuesta sería que no, dado que en ocasiones, cuando se está comenzando en la escritura de estos artículos o en las traducciones, pueden resultar de ayuda. Pero es necesario reducir su uso para conseguir la precisión y claridad que requiere este tipo de textos.
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