Las revistas científicas se han convertido en el primer instrumento y vehículo de la comunicación científica. Progresivamente el libro tradicional, por sus propias dificultades de adaptarse a un mundo digital, ha ido perdiendo peso, incluso en las áreas Sociales, Jurídicas y Humanísticas.

Una de las razones del constante reconocimiento de las revistas, como motores de la visibilización científica, ha sido justamente su capacidad para adaptarse a los nuevos canales de procesamiento y difusión de la ciencia. Asimismo las publicaciones científicas periódicas son conocidas y reconocidas por la comunidad científica en función de su calidad editorial, su grado de visibilización y sus niveles de impacto en la producción científicas, medidos tanto por las citas en otras publicaciones como por su presencia en las métricas alternativas.

Justamente estos tres factores (calidad editorial, visibilización y factor de impacto) diferencian drásticamente las publicaciones científicas entre las excelentes y el resto. Porque una de las razones de éxito de las revistas es precisamente que los investigadores y los lectores puedan identificar las revistas de alta calidad de aquellas que no lo son o están en proceso.

Indexar revistas es “clasificarlas”, darles un orden, por múltiples criterios, si bien en la comunidad científica está asentada como factor preferente el impacto y las citaciones de esa publicación en otras del mismo nivel.

Las indexaciones y su clasificación en cuartiles son una forma sencilla de jerarquizar las revistas en los principales índices del mundo en función del cuarto en donde se posicionen. Como ya indicábamos en otro post, las revistas Q1 son las que ostentan los mejores puestos y por tanto son las más prestigiosas y afamadas en sus clasificaciones porque han obtenido para el año de su valoración las mejores y más numerosas citas de sus revistas. Muy pocas revistas, por tanto, tienen la posibilidad de acceder a estos niveles de excelencia internacional y más si cabe si se publican fuera de los ámbitos científico-técnicos y anglosajones, ya que la lengua franca con gran diferencia es el inglés y los estudios técnico-sanitarios son los más pujantes a nivel internacional.

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SJR-02Las indexaciones más reconocidas a nivel internacional son las que se generan de las bases de datos de WoS (Web of Science), de la empresa Clarivate Analytics, cuyo producto estrella y más reputado a nivel mundial, desde hace décadas, es el Journal Citation Reports. En este portal se recogen aproximadamente 11.600 revistas de todas las áreas y países del mundo, con un predominio vehicular del inglés y el mundo anglosajón. El listado, como todos sus servicios, son actualmente privativos y solo accesibles desde suscripciones individuales o colectivas (es el caso de las Universidades o centros de investigación).

En segundo lugar, y en progresivo crecimiento, se encuentra la base de datos Scopus, que cuenta con dos grandes indexadores independientes y con resultados diferenciados: CiteScore y SJR (Scimago Journal Ranking), ambos con perfil público y accesibles desde cualquier conexión de Internet: http://www.scimagojr.com/, https://journalmetrics.scopus.com/. CiteScore con 22.500 revistas indexadas y SJR con 28.500.

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Estos portales son herramientas básicas de todo investigador que quiera estar actualizado con las publicaciones científicas de mayor prestigio, visibilidad y reconocimiento a nivel internacional.

“Comunicar” tiene publicado, como servicio a sus lectores y autores, un ranking de revistas españolas, especialmente de Comunicación, Educación y Estudios Culturales con las tres indexaciones más reconocidas: https://goo.gl/JGHkZL. Junto a WoS y Scopus, se recoge también Google, como macrobase de información mundial, que en su sección académica (Google Scholar Metrtics: GSM), mide las revistas anualmente por su índice H (véase otro post de este blog), en función de sus idiomas: https://goo.gl/Y68m8n.

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