El título, el resumen y las palabras clave tienen tres funciones básicas: 1) Son los metadatos con los que se indexan nuestras publicaciones, las cuales definirán -en base a criterios de búsqueda- su posicionamiento en buscadores (SEO Académico) o su emergencia en bases de datos; 2) Es una manera de sintetizar lexicalmente todo el recorrido del manuscrito, desde sus antecedentes, posiciones epistemológicas y métodos aplicados, hasta sus resultados, principales hallazgos y avances y ¿por qué no?; 3) Son el «gancho» (bait) para atraer el interés de lectores y otros investigadores, lo que es definitivo a la hora de lograr visibilidad e impacto, ergo citas.
Sin embargo, una de las claves y reglas no escrita de un resumen o abstract científico es que debe ser informativo, objetivo y veraz. Aunque algunas revistas permiten ciertas licencias narrativas en los títulos -justamente para llamar la atención-, los abstracts deben guardar con cierta solemnidad una estructura y forma redaccional que permita comprender, en pocas palabras, el contenido más importante del manuscrito. De hecho, para la vasta mayoría de los lectores, lo único que se leerá del paper será el resumen, por lo que es responsabilidad de los autores que este sea una versión concentrada del artículo. Por esta razón, el resumen es, paradójicamente, lo último en escribirse y lo primero en leerse.
Cuando leemos un resumen en la mayoría de revistas de Ciencias Sociales, este suele tener la misma estructura IMRDC (Introducción, Métodos, Resultados, Discusión y Conclusiones), aunque hay disciplinas en las que los resúmenes son solamente la descripción del método y de los hallazgos, como sucede en casos clínicos o en muchas revistas del ámbito de la ingeniería, las Ciencias Experimentales y las Ciencias de la Salud.
Asimismo, hay publicaciones que exigen abstracts estructurados -como es el caso de la editorial Emerald-, mientras que en otras es un solo bloque de texto, que suele ir de 150 a 300 palabras, con la estructura IMRDC.
Sin embargo, la gran mayoría de publicaciones (como es el caso de la Revista Comunicar) y de congresos piden un abstract en un solo bloque de texto (párrafo), que suele estar dividido por una estructura redaccional implícita:
Secciones de un resumen
Antecedentes: Esta sección suele ser la parte más corta (entre 2 y 3 oraciones) y sintetiza qué es lo que se conoce sobre el problema de investigación y cuál es el objetivo del estudio que se pretende informar.
Métodos: Usualmente, esta parte es la segunda con mayor longitud del resumen, pues debe contener suficiente información para entender la investigación que se realizó. Usualmente incluye la descripción del tipo de investigación (de campo, experimental, documental), el diseño de investigación (cualitativo, cuantitativo o mixto), el instrumento, la muestra, las técnicas muestrales y las técnicas de investigación.
Resultados: Sin duda, la parte más importante (y extensa) del resumen. Debe ser descriptiva y suficientemente informativa, comprendiendo además que debe estar alineada con el objetivo presentado en los antecedentes. Algo muy extendido en las Ciencias Sociales -y que considero una mala práctica- es presentar aquí afirmaciones como: “Las tasas de respuesta de la audiencia son distintas, dependiendo su edad”, siendo lo correcto “Las tasas de respuesta de la audiencia difieren por edad (≤25 años= 4.5 – muy de acuerdo; ≥26-≤50= 3.2 – de acuerdo; ≥51= muy en desacuerdo).
Conclusiones: Exponen, en un par de oraciones, el mensaje o interpretación final de los resultados, así como otros hallazgos importantes o inesperados. Es habitual que en esta sección los autores expresen alguna opinión (sustentada) sobre las consecuencias prácticas o teóricas, así como el valor de su investigación para futuros estudios.
Algunas claves para redactar tu resumen
- Claridad: El resumen debe dar a entender lo tratado en el artículo sin necesidad de tener que leer el artículo para comprenderlo.
- Sencillez: La tendencia en casi todas las disciplinas es exponer en el resumen de forma que pueda comprenderlo la mayoría de los lectores. No solo escribimos para nuestros colegas investigadores de nuestra disciplina, sino también para estudiantes, periodistas, profesionales e investigadores de otros ámbitos.
- Concisión: No adornes el texto, no es necesario. Expresiones como “Como principales resultados de este estudio se expone que…” o “A lo largo de la presente investigación”, lo que hacen es engrosar el conteo de palabras, por lo que después tendemos a sacrificar lo importante para adaptar el resumen a las normas de la revista.
- Utiliza palabras distintas: Una de las claves del SEO aplicado a los artículos es justamente evitar repetir las mismas palabras del título en el abstract y en las palabras clave. Si es posible, intenta utilizar sinónimos que amplíen el abanico de etiquetas y metadatos que pueden ser claves a la hora de emerger en una búsqueda.
- No incluyas citas: Para eso ya está el texto del manuscrito. Sin embargo, hay ciertas excepciones sobre esto, como es el caso de mencionar modelos de análisis o técnicas que provienen de una investigación “Para ello, se utilizará el modelo de calidad informativa de Romero-Rodríguez et al. (2020)”.
- Atiende a las normativas de la revista: Las revistas suelen exponer la forma en la que desean que se estructure el abstract y su extensión. De no ser así, revisa algunos de los manuscritos recientemente publicados para darte cuenta de su estilo.
- Impersonal: Al igual que en el texto, el resumen debe evitar la primera persona. Expresiones como “A partir de ello hemos ejecutado la prueba de Kappa de Fleiss” sobran en el léxico científico.
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