https://doi.org/10.3916/escuela-de-autores-044
Comúnmente, se relaciona la citación con la atribución de un texto a otra fuente. La citación tiene una labor importante, soportar y justificar los argumentos propios (ej., citando investigadores que refieren opiniones y criterios en línea con los nuestros) o para demostrar la novedad de la posición adoptada (resaltando su desacuerdo o contraste con respecto a la tendencia general de la crítica). Es por ello que la citación muchas veces se usa como retórica para convencer al lector de los propios planteamientos, pero la referencia a la literatura antecedente no es solo una cuestión retórica o una convención que se debe cumplir. Al contrario, es algo esencial para demostrar que el texto está en relación con el conocimiento acumulado en el ámbito de su disciplina y que, por tanto, es susceptible de formar una contribución valiosa al partir de los avances sugeridos por investigaciones precedentes. En ese sentido, las citas ayudan a definir el contexto específico de conocimiento o el problema concreto en torno al cual giran las indagaciones del autor.
Para realizar el proceso de citación, se han desarrollado diferentes estilos como el de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), Vancouver (mayormente usado en las ciencias de la salud), Chicago, Harvard, entre otros, estas normativas no se limitan a la citación, además, proponen una serie de estilos para la redacción, secciones y formato del manuscrito. Estas indicaciones proponen el modo en que son citadas las fuentes en el texto, algunas como Vancouver usan el número que le es asignado a la fuente en el listado de referencias, ordenadas en orden de aparición en el cuerpo del manuscrito; otras, como APA, usan el sistema nombre y año, y las referencias se ordenan alfabéticamente. Además, se precisa que cada fuente citada debe aparecer en el listado de referencias.
El sistema de nombre y año para citar una fuente ha sido muy popular durante muchos años y se sigue utilizando en muchas revistas. Su gran ventaja es la comodidad para el autor, ya que las referencias no están numeradas, pueden añadirse o suprimirse fácilmente. Por mucho que se modifique la lista, “Pérez y López (1998)” seguirá siendo exactamente lo mismo. Si hay dos o más “Pérez y López (1998)” el problema se resolverá fácilmente citando el primero como “Pérez y López (1998a)”, el segundo como “Pérez y López (1998b)”. Uno de los inconvenientes planteados al sistema de nombre y año es para el lector, cuando hay que citar un gran número de referencias en una misma frase o párrafo, lo cual puede dificultar la lectura.
A estos variados estilos, hay que añadirle que cada revista hace sus adecuaciones y particularizaciones del estilo seleccionado como base, lo cual es necesario tenerlo en cuenta al presentar un manuscrito a una revista, para evitar un primer rechazo inmediato por el propio equipo editorial. Por ejemplo, la revista Comunicar se ajusta al estilo APA (ver. 6) de manera general, sin embargo, al revisar el texto de sus artículos, se puede encontrar que para hacer referencia a una página en específico de una fuente, se usan los dos puntos (ej.: García, 2011:89), pero al referirnos al manual APA se usa el prefijo “p.” (ej., García, 2011, p. 89), este simple ejemplo nos ilustra que no solo es revisar las normas para autores de la revista, sino también revisar las prácticas de esta.
La citación de un texto se puede hacer de varias formas en dependencia de lo explícito de la cita. En el caso de APA, en su última versión, la 6ta, existen 3 modos de citación (los ejemplos son tomados de Comunicar 53, 2017):
- En el caso de que autor y la fecha aparecen como parte de la narrativa, no es necesario introducir ningún elemento, solo adicionar la fuente en la lista de referencias, ejemplo: “Si dirigimos la atención al uso de Twitter por los Millennials, informes de 2016 posicionan esta red como una plataforma…”
- En el caso de que autor aparece como parte de la narrativa, se encierra entre paréntesis el año de la publicación, ejemplo: “La necesidad e importancia de educar en el uso de los medios tiene un largo recorrido en nuestra historia reciente que se inicia en los años ochenta con la declaración de Grunwald (1982), promulgada por la UNESCO.”
- En otro caso, se encierra entre paréntesis el autor y el año de la publicación, separados por una coma, ejemplo: “Y estos ciudadanos han encontrado en el ciberactivismo un instrumento adecuado para canalizar sus ideas y luchar por sus objetivos (Tascón & Quintana, 2012).”
El sistema de citación no se restringe a estos ejemplos, hay otras precisiones y casos en los que es necesario consultar las normas para hacerlo de manera correcta, como es la cita en dependencia de la cantidad de autores, orden de citación, autores con iguales apellidos, citas textuales mayores de 40 palabras, etc. En el caso de APA, las normas se pueden consultar en su sitio web y en otros manuales que publican instituciones para ayudar a sus estudiantes y profesores para enfrentar este proceso. En el propio manual de APA se encuentra una tabla que me parece un excelente resumen de la mayoría de los casos que se pueden presentar:
Fuente: Publication Manual of the American Psychological Association (2010, p. 177)
Por último, es necesario destacar que la práctica de usar gestores de referencias como Zotero, EndNote, Mendeley, entre otros, nos puede ayudar a realizar este proceso de manera automática y, solo al final, hacer algunos ajustes según las modificaciones de cada revista.
Comments are closed