A la hora de redactar un artículo científico, uno de los mecanismos de cohesión textual utilizados tiene que ver con la repetición; y así, cuando el referente se va perdiendo se recupera repitiéndolo. No obstante, la repetición (léxica o semántica), si se abusa de ella, puede oscurecer el texto y volverlo ilegible. Igualmente, puede ocurrir con la información que se va desgranando en el trabajo.
La duplicidad de la información se puede entender en dos sentidos: por una parte, dentro del propio artículo, donde, muchas veces, se tiende a duplicar la información que se ofrece al lector, por ejemplo, al utilizar gráficos y texto que brinda los mismos datos. El artículo, por tanto, se vuelve redundante, contraviniendo los principales rasgos que debe destacar en un texto científico: claridad, precisión y brevedad. Por otra parte, se puede hablar de publicación duplicada cuando el contenido que aparece en un artículo es sustancialmente parecido a otra investigación publicada con anterioridad. En este caso, además, se incurre en una mala praxis que transgrede la ética editorial. Aunque el autor o alguno de los autores sea el mismo en ambas publicaciones, si hay repetición de información (hipótesis, tamaño de la muestra, metodología, resultados) se entiende que la publicación está duplicada y será rechazada por la revista en cuestión. Esta duplicidad puede ser: total o parcial, en mismo formato o diferente, en la misma lengua o en otra, puede incluir datos nuevos o solo reproducir los anteriores… En definitiva, se trataría de un plagio o un autoplagio con las consecuencias que de ello puedan derivarse.
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