Las publicaciones científicas son comunidades en las que confluyen autores, revisores y equipo editorial, teniendo cada uno de ellos un rol y una serie de derechos y obligaciones inherentes a su actividad. Sin embargo, más allá de asuntos de derechos de autor no existen normativas internacionales de obligatorio cumplimiento para ninguna de estas partes, por lo que es la ética la que salvaguarda el conjunto de costumbres y pautas de comportamiento en estas relaciones sociales-académicas.
En este sentido, y para entenderlo en la praxis, el hecho que una revista se tarde un año en poner en revisión un manuscrito, un autor que pone como firmantes en el artículo a personas que no participaron en la investigación, o un revisor que pide que citen sus propias investigaciones en el informe, no son actitudes que conlleven una coacción jurídica pero que sin duda son comportamientos contrarios a la integridad académica, óbices de un relacionamiento óptimo y que indefectiblemente repercutirá en la imagen y reputación de la publicación y de su comunidad científica.
Aunque no han sido pocos los esfuerzos de establecer códigos de conductas y buenas prácticas en la investigación y las publicaciones -sobre todo en áreas de medicina y biología- (ver aquí algunos de ellos), la entidad más reconocida internacionalmente es el Committee on Publication Ethics (COPE) [Comité sobre Ética de las Publicaciones], organización no gubernamental creada en 1997 y que en la actualidad cuenta con más de 12.000 publicaciones suscritas, estando asociada además con el Consejo de Editores Científicos (CSE), la Asociación Europea de Editores Científicos (EASE), el Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ), y otras entidades regionales y locales.
COPE ha establecido en 2017 un decálogo de prácticas que recomiendan que sean implementadas y publicitadas en las publicaciones científicas suscritas:
- Alegatos de conducta impropia: Las revistas deben explicar claramente cómo atienden las denuncias de fraude académico y sobre cómo realizan los procesos de investigación en estos casos.
- Autoría y contribuciones: Las publicaciones deben ser transparentes para establecer los requisitos de autoría y contribución.
- Reclamos y recursos: Las revistas deben explicar detenidamente los procesos que tienen para la tramitación de quejas contra ella misma, su personal editor y los revisores.
- Conflictos de intereses: Debe ser obligatorio que los autores y revisores declaren si existen conflictos de interés con la temática o el financiamiento.
- Datos y reproducibilidad: Se deben explicar las políticas de la revista sobre acceso a los datos.
- Supervisión ética: Debe incluir, entre otras cosas, políticas sobre el consentimiento para la publicación, la publicación sobre poblaciones vulnerables, la conducta ética de la investigación con animales, la conducta ética de la investigación con seres humanos, el manejo de datos confidenciales y las prácticas comerciales y de comercialización éticas.
- Propiedad intelectual: Todas las políticas sobre propiedad intelectual, incluidos los derechos de autor y las licencias de publicación, deben describirse claramente. Además, cualquier costo asociado con la publicación (APC) debe ser claro para los autores y los lectores.
- Gestión de la publicación: Es esencial contar con una infraestructura bien descrita y aplicada (organigrama), que incluya el modelo comercial, las políticas, los procesos y los programas informáticos para el funcionamiento eficiente de una revista con independencia editorial, así como la gestión y la capacitación eficientes de los consejos editoriales y del personal de redacción y publicación
- Proceso de revisión por pares: Todos los procesos de revisión por pares deben ser descritos de manera transparente y bien administrados. Las revistas deben impartir capacitación a los editores y revisores.
- Debates y correcciones post-publicación: Las revistas deben permitir la publicación de los artículos de debate en su sitio web, mediante cartas al editor, o en un sitio externo moderado, como PubPeer. Deben tener mecanismos para corregir, revisar o retirar los artículos después de su publicación.
En el caso de la Revista Comunicar se ha ido más allá de lo estrictamente solicitado por COPE, incluyendo un conjunto de compromisos de obligatorio cumplimiento para editores, revisores y autores (disponible aquí).