Las revistas científicas se han convertido en los últimos años en los “porteros de la ciencia”. Todo trabajo que quiera tener una alta visibilidad y reconocimiento por la comunidad académica ha de ser publicado en una revista de reconocido prestigio internacional. Todo el mundo en la academia, por ello, desde los doctorandos hasta los catedráticos más afamados, quieren y necesitan publicar en revistas de alto nivel para dar crédito y reconocimiento a sus trabajos y también, por qué no decirlo, para sus acreditaciones y promociones profesionales. Esto genera una exigente competitividad no exenta de tensiones. Los investigadores se evalúan por sus publicaciones, pero también los editores y sus revistas por los trabajos que publican y su capacidad de impacto (esto es, originalidad, novedad…) en la comunidad.