El contexto mediático actual demanda nuevas formas de enseñanza y metodologías acorde a las necesidades que, a la luz de los hechos, los más jóvenes tienen.
En este sentido el libro Pedagogías digitales, redes sociales y cibermedios en la escuela se convierte en un ejemplo claro donde el profesor Gustavo Hernández Díaz ofrece un utilísimo instrumento que, no sólo toma en cuenta y actualiza los estudios relevantes en la materia sino que aporta una guía práctica para “lidiar” en el aula aprovechando todas las potencialidades de los medios en entornos digitales.
La obra no se adscribe a la categoría de manual para seguir al pie de la letra sino de una estrategia pedagógica que desde el aula busca la sintonía con las novedosas precisiones sobre la forma humana de conocer y abona el camino para utilizar creativamente los recursos y plataforma del mundo digital.
A lo largo de la obra el autor en primer lugar se detiene en las pedagogías más sólidas que estudian las tecnologías al servicio de la educación y analiza las propiedades más relevantes de los entornos virtuales de aprendizaje en la modalidad de educación a distancia (e-learning), semipresencial (b-learning) y móvil (m-learning). En segundo lugar, se dedica a identificar algunos mitos de la educación derivados del impacto de las innovaciones tecnológicas y, sobre todo, del uso publicitario sin soporte conceptual confiable que las acompaña. Y finalmente, ofrece un conjunto de ejercicios y recomendaciones para un uso creativo, digamos con el autor, advertido, de las redes sociales en la escuela.
Con la ayuda de este texto, inteligentemente integrado en las estrategias para el desarrollo de los programas y los currícula, tanto los docentes como el alumnado dispondrán de la potencialidad de un uso y aprovechamiento creativo que hará más estimulante y fructífero el desempeño en las clases.
El tono didáctico del volumen y su desarrollo es consecuente con esta propuesta metodológica. La estructura del texto y los contenidos de cada capítulo nos conducen de forma amena en cada una de las problemáticas. Pero Hernández no nos habla como “el magister” que ciertamente es, sino que desarrolla su discurso en un registro, si bien, conceptual, diáfano y accesible.