Cada vez más estudios destacan cómo los adolescentes asumen y priorizan de forma acrítica la estética y el lenguaje que se propone desde los medios, se trata además de aspectos que distan bastante de un consumo pausado y reflexivo al ser una narrativa más propia de memes y eslóganes. Esta situación pone de manifiesto las dificultades que tiene hoy en día un adolescente a la hora de consumir información de forma consciente y crítica En el número 7
3 de la revista Comunicar se trata esta temática en el trabajo titulado Los estudiantes de secundaria y la alfabetización mediática en la era de la desinformación. Es un trabajo llevado a cabo por la Dra. Eva Herrero-Curiel y el Dr. Leonardo La-Rosa, ambos del departamento de Comunicación de la Universidad Carlos III de Madrid.
La situación de confinamiento debido al COVID-19 no ha hecho más que poner de manifiesto todas las debilidades en competencias mediáticas que tiene la sociedad. Los adolescentes, en relación a los adultos, presentan una mayor vulnerabilidad al carecer de herramientas válidas para enfrentarse a la ingente cantidad de información que reciben a diario. Conocer estas carencias es esencial para reflexionar sobre el tipo de sociedad que deseamos, si se desean ciudadanos que simplemente aprendan el manejo de las tecnologías o se considera importante que avancen en la comprensión de los usos y contenidos que transcurren a través de ellas.
A través de un estudio mediante encuesta descriptiva y transversal a 1.651 alumnos de entre 11 y 16 años, de España, se plantea conocer sus hábitos lectores, medios de información que usan, capacidad para discriminar entre información y opinión, etc. En paralelo, mediante entrevistas en profundidad, se recoge también la opinión de 77 profesores sobre las competencias mediáticas de su alumnado. Los resultados obtenidos permiten concluir sobre la dificultad generalizada, entre el estudiantado de secundaria, para distinguir entre información y opinión. Al mismo tiempo presentaron también notables dificultades para distinguir entre información veraz y falsa, esto además contrasta con la percepción de la propia aptitud para hacerlo solventemente. El profesorado destacó además el consumo compulsivo y acrítico de información por parte del estudiantado.