El aprendizaje como proceso que se realiza durante toda la vida proporciona siempre oportunidades para el análisis de novedosos fenómenos, como el del cosplay, vocablo híbrido entre disfraz (costume) y juego (play) que da nombre a la presentación de personajes de ficción mediante disfraces y juegos de roles en eventos, convenciones…
Como dicen las autoras, Sophia Bender (Universidad de Indiana en Bloomington, EEUU) y Kylie Peppler (Universidad de California en Irvine, EEUU) en “Los entornos de aprendizaje conectado como oportunidad emergente mediante el Cosplay” en el número 58 de la revista Comunicar, esta práctica supone un aprendizaje conectado que tiene muchas posibilidades en el aprendizaje formal. De hecho, este era el principal objetivo de las investigadoras, que realizaron 10 entrevistas en profundidad a 2 hombres y 8 mujeres, en las que se indagaba en la forma de vida de estos cosplayers, preguntándoles por diversos aspectos relacionados con la familia, las relaciones, las oportunidades en el trabajo, el patrocinio de la actividad… Para todos ellos, el cosplay había sido una fuerza importante en la formación de su identidad, que continuaba dando sentido individual y colectivo a sus vidas.
Los resultados del estudio parece dejar claro que este fenómeno genera entornos de aprendizaje colectivo y conectado donde se legitiman los intereses de los estudiantes y se les apoya en sus metas, ayuda a mejorar la relación con compañeros. Sobre todo el cosplay aplicado a entornos educativos permite producir un contexto de intereses, donde la gamificación haga interesante y significativa la educación.
Este interesantísimo trabajo está financiado por la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y abre diversas perspectivas y seguro muchas ideas para los profesores audaces y valientes que se animen a adaptarlo y ponerlo en práctica. Todo el mundo a disfrazarse!
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