La Universidad del Algarve organizó este pasado 21 de marzo de 2019 un emotivo acto de homenaje póstumo a la gran figura de la Educomunicación en Portugal, el profesor Vítor Reia, en el que colegas, profesores, alumnos, familia y la Universidad, representada en su máxima figura, el Rector Paulo Aguas, intervinieron exponiendo recuerdos y vivencias académicas, personales y familiares.
Vítor Reia Baptista fue reconocido y recordado en su trayectoria a través de la pedagogía de los de los medios, por su talante y sencillez de espíritu, su mirada profunda de sabio, su palabra certera, y su capacidad de comunicación tendiendo puentes desde la educación como faro permanente para la comunicación.
Se plantó un árbol y se colocó un banco en su memoria sobre el jardín de la Facultad de Educación, adecuándose un amplio espacio para la conversación, en memoria de este excepcional profesor y emblemático educomunicador.
Ignacio Aguaded fue invitado a inaugurar con unas palabras emotivas hacia su figura y trayectoria las «conversaciones en su banco”, compartiendo recuerdos como compañero de actividades académicas y de amistad, resaltando la figura de este «hombre bueno», precursor, vitalista, de talante tranquilo, de hablar pausado, de saber sin hacer alarde, de ideas progresistas, europeísta, iconoclasta y heterodoxo…
Vítor estuvo desde los inicios, a comienzos de la década de los noventa, con el Grupo Comunicar y en sus congresos y actividades. Vítor era “Socio de honor” de Comunicar desde 2010, fecha en que se inició este rango honorífico.
Vítor Reia tiene un espacio en nuestra memoria que se simboliza en ese árbol plantado hacia el infinito, como su mirada, trayectoria y sabiduría, en una presencia que queremos infinita, inmortal, como su recuerdo imborrable, en una perspectiva holística, universal y reflexiva.
El acto concluyó con un momento musical a cargo del Grupo JazzUAlg, género musical que enamoró a Vítor durante toda su vida.
Noticia y fotos en Facebook: https://bit.ly/2URpJff
Convocatoria del evento: https://bit.ly/2YhtZa8
DISCURSO ÍNTEGRO DE IGNACIO AGUADED DE HOMENAJE A VÍTOR REIA
Vitor Reia, el educomunicador que lanzó puentes…. In memoriamHoy nos reunimos aquí para hacer presente la memoria de uno de los referentes más significativos, destacados y diría que “sabios” que ha tenido la educomunicación en los últimos decenios.
Vítor Reia Baptista, desde su caro y querido Faro en el Algarve portugués, iluminó el país, la península ibérica y casi toda Europa… de su sabiduría como persona y como profesional en la pedagogía de los medios.
Los que tuvimos la suerte de conocerlo, de vivir y convivir con él, nos sentimos huérfanos, desamparados, desabrigados… de su talante, de su manera de ser, y de sencillez y simplicidad de espíritu, de su mirada (olhada) profunda de sabio, de su palabra, de su saber sin fronteras, de su capacidad de comunicación en distintas lenguas: inglés, francés, sueco, español…, de su conversación pausada, medida y sus sensatas reflexiones.
La comunicación y la educación fueron el centro de su experiencia, desde los primeros momentos de su trabajo con la prensa, su pasión por el cinema, la magia de la radio, los nuevos medios… la “literacía mediática” … Siempre actualizado y sensato fue la voz educomunicativa más potente y ejemplar de este país, Portugal, hacia España, hacia Europa y el resto del mundo.
Personalmente, se me acumulan infinidad de recuerdos, de lembranzas… en este momento junto a tantas personas que lo admirábamos… Pero hoy, sin duda, debe ser un día feliz para reivindicar su memoria por encima de la tristeza de la pérdida humana… ¡¡Su legado, su herencia está viva en nosotros!! Vitor nos quiere felices en este día!! Posiblemente, desde el infinito, desde el cielo o la tierra más profunda, nos vea y sonría…
Recuerdos, memorias, lembranzas de nuestro trabajo e investigación en numerosos encuentros, jornadas, semanas de cine, seminarios… siempre lanzando puentes y buscando ese pan-iberismo que siempre le caracterizó: Bolonia, Bruselas, París, Barcelona, Milán, Bilbao, Sevilla, Huelva, Lisboa, Faro…
Sirva como ejemplo la organización de nuestro primer encuentro hispano-luso, en 1995, que para entonces era un reto entre la balbuciente Universidad de Huelva, recién creada y la vecina Universidade do Algarve. El encuentro, presagio de su vida y de nuestra perpetua relación como “irmaos” (hermanos), lo titulamos “Lançando pontes, abrindo fronteiras” (Lanzando puentes, abriendo fronteras), en sintonía con el recién estrenado puente internacional que abriría el río Guadiana por primera vez a los dos países por el sur. Luego seguimos con otros encuentros lusohispanos que ahora mi caro amigo Reitor de Algarve renueva con la Rectora de la Universidad de Huelva, 25 años después…
Esa es su marca, esa es su señal constante: toda una vida académica dedicada a romper fronteras, diseñar puentes en un mundo convulso, donde la educación tenía que ser el faro permanente para la comunicación.
Tuve la suerte de vivir muchas cosas, muchos actos y actividades con él… trabajamos los dos, como hermanos y amigos eternos, en paralelo en nuestras tesis doctorales que estudiaban y reflexionaban sobre cosas que aun nadie decía y que fueron precursoras de los nuevos tiempos… Conté con la fortuna de presidir su tribunal (juri) de “tese de doutoramento” y luego de estar en su plaza de Agregado de Universidad… para disfrutar, como siempre, de su verbo infinito, su palabra transparente, sus planteamientos revolucionarios, herejes y heterodoxos, desde la profunda sensatez de un hombre bueno.
La revista “Comunicar” ha cumplido 25 años, un cuarto de siglo, y Vítor estuvo siempre ahí desde el inicio, empujando, animando, sonriendo… él era nuestra cara portuguesa: visible y vivida. Comunicar hoy, la revista científica de comunicación educación más importante del mundo en Latinoamérica, rinde homenaje a su figura.
Tengo en mi memoria su europeísmo, porque Europa pierde con Vítor uno de los más grandes educomunicadores con mayor visión global y europeísta del continente. Desde joven optó por la democracia y su oposición a la dictadura de Salazar… viajó por todo Europa (Paris, Alemania…) y terminó en Suecia donde muy pronto comenzó a dar clases de profesor universitario en Lund. En ese país tuvo la suerte de conocer a la maravillosa Margot, una mujer única, sencilla, con ojos profundos que le acompañaría siempre en todos sus peregrinajes y que sería su alter ego.
El alba de la democracia portuguesa y la creación de la primera universidad del sur del Portugal empujaron a esa joven pareja, Vítor e Margot, del frío nórdico de Suecia a los calores, y las playas blancas y el océano azul del sur del Algarve… Vítor vino a casi “fundar”, a inaugurar esta casa, la Universidad del Algarve y esta sería su morada, de por vida, nunca quiso ir a otro sitio porque estaba enamorado de esta tierra, de sus casas blancas, del mar y del infinito del sur.
Mas siempre trascendió lo local… Él ya había vivido la “Europa” antes de que esta se constituyera como tal, creyó en Europa antes de que se creara la Unión Europea y siempre se ilusionó en el proyecto europeo y en la proyección de nuestros jóvenes hacia un mundo más democrático y tolerante.
Tengo lembranza (recuerdos) de su talante tranquilo, su tono moderado, su hablar pausado, su saber sin hacer alarde, sin orgullo y engreímiento, siempre con sus ideas progresistas, herejes e iconoclastas, su visión europeísta, su actitud rebelde y heterodoxa…
Su tesis de graduación desde Suecia fue sobre “la pedagogía hereje del cine de Buñuel”. Desde el norte miró con asombro al cine universal del cineasta español Luis Buñuel, desde su perspectiva creadora y rompedora… marcándole su vida (siempre proyectábamos los dos ir a Calanda, el pueblo de Buñuel en Aragón, en el norte de España, para vivir a fondo 24 horas de zumbido penetrante de sus famosos tambores… Quedó como tarea pendiente para la otra vida, que llegará y que lo haremos…
Paseamos por muchas partes de España y Portugal… pero recuerdo especialmente la noche de fados en su Alfama natal, en Lisboa, recorriendo calles, ruas infinitas con la luz anodina y oscura de la noche lisboeta…
Vítor, era un lujo, era extraordinario y maravilloso como maestro, como profesor, como amigo… y en el entorno mágico de los recuerdos y lembranzas de su infancia se descubría aun, ainda, más ese ser maravilloso mundo que llevaba dentro.
Compartimos (partilhamos) muchas complicidades y muchos ratos distendidos en su casa y en la mía… con nuestras barbacoas infinitas… de carapaus (o en español: jureles) frente a la virginal isla de Fuzeta (perto de Olhao) o su hermana gemela en España: Nueva Umbría… enamorados los dos del mar océano y del cielo y de la tierra del sur, con nuestras almas gemelas Amor y Margot.
Recuerdo reflexiones muy necesarias que hoy son premonitorias. Vitor decía acerca de los medios, las tecnologías y nuestra condición humana que “las sociedades, las ciencias y las tecnologías dentro de las cuales se desarrollan estas narrativas también pueden perder la memoria, al igual que nosotros; como individuos somos olvidadizos o nos hacemos viejos y no somos capaces de regenerar los mecanismos de hetero-reconocimiento, e incluso a veces ni de auto-reconocimiento, o no podemos distanciarnos lo suficiente de nuestros relatos predominantes para tener una perspectiva más holística, más universal y más reflexiva”.
Esa es su memoria más potente, su vitalismo radical, su confianza en las personas de forma universal, su alegría de vivir, el recuerdo de momentos inolvidables.
El árbol que hemos plantado es una punta hacia el infinito, como su mirada (olhada); con múltiples ramas abiertas, como su trayectoria y su sabiduría; que va a ir creciendo, en una presencia que queremos infinita, inmortal, como su memoria imborrable.
¡¡Descanse en paz y seamos felices!!! Hoy es el día de Vítor y de todos. En este árbol está su vida y sus energías para siempre.