En el año 2006 Brasil se convirtió en el primer país sudamericano en importar tecnología japonesa de televisión digital, adoptando el estándar ISDTB-T (Integrated Services Digital Broadcasting-Terrestrial) al cual realizó algunas modificaciones.
A partir del 2009 esta tendencia llegó a más de la mitad de países: Perú lo hizo en abril de ese año, Paraguay en junio, Argentina en agosto, Chile en septiembre, Venezuela en octubre, y Uruguay en diciembre. En el 2010 lo hicieron Ecuador y Bolivia, todos ellos con el mismo sistema, únicamente Colombia, que inició el proceso en el mismo año, lo hizo bajo el sistema europeo DVB-T (Digital Video Broadcasting – Terrestrial) .
En todos estos países se prevé el apagón analógico entre el 2016 y 2024; sin embargo los expertos en el tema señalan que aun es difícil establecer concretamente una fecha para la transición digital en América Latina, lo cual puede deberse por un lado a la carencia de estrategias que promuevan un desarrollo digital en la zona con una perspectiva glocal; y por otro, al presupuesto económico, el lento desarrollo de la infraestructura tecnológica, la escasa participación ciudadana además de las cuestiones políticas, legales y sociales de cada país.
En naciones como México, Brasil y Argentina, el proceso se desarrolla más rápidamente que en otros de América Latina, y esto provoca que se analice la perspectiva de evolución latinoamericana en base a la de estos países, cuya economía y desarrollo tecnológico difiere notablemente de otros como Venezuela.
De modo general algunas investigaciones señalan que el proceso lo están liderando las empresas privadas de TV de pago por satélite y por cable, que han visto la oportunidad de ampliar y mejorar sus servicios así como la generación de otros nuevos; sin embargo, para que el proceso tenga el éxito anhelado hará falta que los gobiernos se conviertan en los actores clave de cada país.