José Manuel Pérez Tornero, socio de honor del Grupo Comunicar desde el 2010, catedrático de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, es un declarado defensor de los medios públicos. Dibuja una Radiotelevisión Española que sea “la piedra angular en la esfera pública democrática”, aboga por dar a toda la televisión una vertiente cultural y educativa y apuesta por la independencia profesional de los trabajadores. Durante su comparecencia ante el Congreso en enero para exponer su proyecto de gestión consideró necesario “salir de la decadencia previsible” de TVE y quiso lanzar un mensaje de esperanza capaz de entusiasmar a los trabajadores. “La interinidad no es buena”,
Pérez Tornero fue desde el principio el más firme candidato de los socialistas para presidir la corporación. Su perfil académico y comprometido con los medios públicos jugaba en su favor. Defiende que la televisión pública deber ser “universal y gratuita”, especialmente teniendo en cuenta que solo el 37% de los hogares españoles tienen televisión de pago. Considera la televisión pública tiene que hacer una apuesta por la igualdad en todos los ámbitos: social, económica, de género
Para él, la educación es todo: “Se aprende en un programa de entretenimiento o de ficción. La educación debería ser transversal. Tenemos por delante una sociedad del aprendizaje. Y ante los retos de futuro, percibe que la televisión que viene no se podrá llamar televisión porque el sistema es “ubicuo y móvil”, que practica un acercamiento muy distinto al usuario. “Ahora los contenidos audiovisuales tienen que ir a la búsqueda del usuario”, asegura.
Asumirá la presidencia de RTVE en un momento de especial relevancia. Tomará el relevo al frente de la corporación de Rosa María Mateo, que desde julio de 2018 ha ejercido de administradora provisional única. Recibirá una televisión con una audiencia bajo mínimos y una plantilla expectante. Y para ello plantea acciones de transformación global, entre ellas la consolidación de un nuevo contrato con la ciudadanía, de modo que RTVE sirva a sus intereses.
También apuesta por un cambio de profundo cambio tecnológico, con la puesta en marcha de un sistema integral de producción y programación enfocado a los contenidos de calidad. Su fórmula es una completa reestructuración empresarial, con un núcleo de innovación permanente y una gobernanza más plural.