Entrenamiento en las artes visuales y en la tecnología de niños y niñas cercanos a los basureros de la ciudad.
Referencia bibliográfica: Peralta Ferreyra, I. (2017). Guatemala. Fotokids: Niños artistas de comunidades marginales. Aularia, 6(1) Enero. pp: 91-94.
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Ilda Peralta ha buceado para Aularia en esta experiencia guatemalteca, conocida ya internacionalmente.
Cuando Nancy McGirr dejó su vida como fotoperiodista para la agencia de noticias Reuters, decidió continuar captando historias con su cámara y se fue a vivir a Guatemala, donde cubrió muchos años el conflicto armado interno.
Al notar que los niños que conocía en su camino tenían curiosidad por su trabajo, decidió compartirles sus conocimientos y pasión. Se dio cuenta de que los niños captan con facilidad su entorno e intimidad, al mismo tiempo que ganan confianza y conciencia de sí mismos y despiertan, agilizan y acrecientan su creatividad.
FotoKids se inició en 1991 con un grupo de 6 niños de entre 5 y 12 años que vivían y trabajaban en el basurero de la zona 3, de la ciudad de Guatemala, pioneros en retratar su dura infancia. Los niños parecían encontrar una razón para entender el mundo que les rodea, un mundo a menudo crudo y despechado.
La idea arrancó con el nombre Out of the dump (Saliendo del basurero). Con el tiempo se ha expandido a otras áreas de la ciudad donde impera la violencia, además de Santiago Atitlán, Santa María Tzejá, Las Mangas en Honduras y Central Valley en California, Estados Unidos. A lo largo de estos 25 años, alrededor de 1.000 menores han participado en este proyecto que pretende abrir un futuro para los jóvenes ofreciéndoles formación en fotografía, diseño y vídeo a niños con el objetivo de que sean la voz de sus comunidades.
Hace 24 años que Evelyn Mansilla, una de las niñas que creció rodeada de la miseria del vertedero, entendió que la cámara era la mejor forma de contar «lo que vivo», de mostrarle al mundo una realidad tan dura como estimulante. Fue así como se introdujo en Fotokids, un proyecto que llevaba unos meses en el barrio, uno de los más depauperados de la capital de Guatemala, ofreciendo a los chicos una cámara de fotos con la que plasmar, en palabras de la activista que impulsó el proyecto, así se unió a la estadounidense Nancy McGirr, una «mirada diferente del mundo». «Descubrí que había una manera diferente de expresarme», explica a Efe Evelyn Mansilla, quien dos décadas después se ha convertido en la directora ejecutiva de FotoKids y en un ejemplo para los niños del basurero. «En ese tiempo vivía a los alrededores del basurero. La ONG me dio la oportunidad de cambiar mi vida y la de mi familia. Terminé mis estudios, mis fotografías han sido expuestas en varios países y he representado a Fotokids en Australia, Londres, España y Honduras», afirma.
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