América del Sur se ha convertido en el escenario de una crisis política de gran complejidad que ha motivado levantamientos sociales y cambios en algunos gobiernos.
Fotografías, vídeos y declaraciones falsas y otras sacadas de contexto, se difunden de forma masiva provocando pánico, ira e inusitadas olas de violencia. Este fenómeno tiene que ver con tres aspectos: el primero de ellos la falta de información que permita comprender qué sucede en el entorno de cada país, la segunda es la escasa credibilidad hacia los medios tradicionales, lo que ha llevado a los usuarios a buscar medios alternativos, y la tercera la falta de competencias mediáticas de los usuarios para discriminar la información verdadera de la que no lo es.
En Ecuador, las medidas económicas anunciadas por el presidente Lenin Moreno a inicios de octubre provocaron el rechazo de diversos sectores sociales, los cuales protagonizaron movilizaciones durante 12 días. En este periodo se suscitaron actos delictivos y violentos que obligaron al gobierno a decretar estado de excepción.
En redes sociales se hicieron virales fake news acerca de supuestas injerencias de otros países en las medidas económicas, el falso pago a migrantes venezolanos con recursos públicos, la reducción de salarios, la condonación de deudas para millonarios y empresarios, muertes y hechos de violencia en contra de manifestantes por parte del Ministerio de Defensa, entre otros.
Como medida para contrarrestar la información falsa el gobierno desarrolló una campaña masiva de SMS a través de las tres principales operadoras de telefonía del país. Los mensajes apuntaban a desmentir los rumores circulantes en redes sociales y apaciguar a las masas frente a actos de vandalismo registrados a nivel nacional.
Chile vive un momento crítico desde el 18 de octubre, debido a medidas económicas adoptadas por el gobierno. A pesar que el presidente Sebastián Piñera decidió dar marcha atrás con las decisiones anunciadas la ola de protestas ha ido en aumento por problemas acumulados desde hace décadas. Los chilenos piden cambios en la constitución.
Desaparecidos, cortes de servicios básicos, incendio de hospitales, colegios y otros recintos, planes extremistas para frenar protestas, carabineros consumiendo drogas, declaraciones falsas el presidente, asesinato de manifestantes y otras han sido las fake news con mayor difusión en las cuatro semanas de protestas.
En Bolivia las protestas iniciaron el 20 de octubre después de un controversial recuento de votos de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de ese país. Con un 84% de votos escrutados los resultados apuntaban a una segunda vuelta, pero al finalizar el mismo se determinó el triunfo de Evo Morales quien era reelegido por cuarta ocasión.
La escasa claridad en la obtención de resultados finales provocó la ola de rumores sobre el tema: injerencia rusa a favor de Morales, información comprometedora de la oposición acerca de Morales, su próxima con apoyo militar y otras. La situación se salió de control con la difusión de una fotografía falsa de un joven quemado por simpatizantes de Morales. Producto de la violencia que desencadenó esta información dos personas murieron y se intentó quemar a otra como represalia, después se comprobó que la imagen correspondía a un hecho en México.
Es claro que Internet ha posibilitado la creación de medios alternativos de información, pero todavía está pendiente trabajar en su uso responsable y en la formación de los usuarios respecto al consumo de información. Si bien las crisis en los países sudamericanos tienen su origen en medidas gubernamentales, descontento social y otros, no es menos cierto que la proliferación de fake news ha coadyuvado a agravar el panorama en todos los casos. El periodismo tiene mucho por hacer, las labores de verificación, tradicionalmente desarrolladas por ellos, deben trascender hacia los ciudadanos, de modo que se generalice una cultura de verificación de la información antes de compartirla.