El modelo de negocio basado en la transformación de las acciones sociales en datos online cuantificable ha mostrado su enorme poder en procesos políticos como el Brexit o la victoria de Trump en 2016. Ello supuso un hito en la toma de conciencia del impacto del Big Data, los algoritmos que gestionan las plataformas digitales y su capacidad para generar ambientes que influyen de modo notorio en los valores y acciones de la ciudadanía. En el número 74 de la revista Comunicar se tratan estas cuestiones en el trabajo titulado Competencias digitales de la juventud en España: un análisis de la brecha de género.Es un trabajo llevado a cabo por la profesora Elisenda Estanyol de la Universitat Oberta de Catalunya, la profesora Mireia Montaña de la Universitat Oberta de Catalunya, el doctorando Pedro Fernández-de-Castro, el profesor Danier Aranda de la Universitat Oberta de Catalunya y la investigadora Leila Mohammadi de la Universitat Oberta de Catalunya.
La brecha digital, como concepto, surge con la implantación y expansión de las tecnologías digitales, según se hace manifiesto su impacto social en términos de distribución no equitativa entre la población, ya sea por distinción de género, clase, etnia, territorio, nivel educativo u otros factores socioeconómicos y socioculturales. Las investigaciones han evolucionado desde una brecha de acceso a una brecha de usos y habilidades técnicas. La tercera brecha estaría relacionada con los beneficios tangibles del capital digital en la esfera personal, política, cultural, económica o social. Se busca con ello proponer un enfoque pedagógico transgresor reinterpretado por bell hooks en clave feminista interseccional.
Mediante encuesta a 600 jóvenes de entre 16-18 años, las autoras se proponen estudiar la brecha digital de género en términos de capacidades y la posibilidad de aprovecharlas para promover una educación cívica fundamentada en la igualdad de género en el entorno digital. Se concluye con un ligero dominio de las mujeres en cuanto a competencias digitales, técnicas e informacionales, no obstante, los hombres afirman tener más conocimiento crítico. Se destacaa la necesidad de incorporar enfoques feministas en propuestas educativas para una ciudadanía activa.