David Troquier es un director de arte francés, conocido como ‘Troqman’, que ha hecho famosas sus ilustraciones en Instagram al aplicarles lo que él ha denominado el ‘Cartoon Bombing’. El cartoon bombing es una tendencia artística que consiste en hacer que ilustraciones interactúen con espacios reales.
Publicado en Aularia
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La técnica busca crear composiciones mezclando el dibujo y elementos reales para recrear una situación o contar una historia. Miles de seguidores popularizan sus obras en la red social. David lleva 8 años en el mundo de la ilustración pero una de sus máximas pasiones consiste en dibujar. Un día, mientras estaba fuera de la ciudad durante unas vacaciones, se encontró sumamente aburrido y harto de trazar paisajes decidió dibujar personajes que pudieran interactuar con el entorno natural que estaba a su alrededor.
Troqman toma espacios reales y los dota de nueva vida al poner ahí sus dibujos, con personajes reales y cotidianos, superhéroes, o héroes de películas de acción clásicas.
Las ilustraciones solo tienen sentido cuando se colocan en lugares específicos, poniendo a los dibujos en contexto. La mayoría de las ilustraciones ni siquiera dejan su lugar de nacimiento -el cuaderno de bocetos del artista- dándoles a las escenas un aspecto básico y aún más artístico y convincente.
La herramienta es el dibujo, y sólo se necesita una hoja en blanco donde ilustrar y una localización apropiada.
El mismo trayecto día tras día. Lo utilizamos de forma reiterada porque es el camino más directo para ir al trabajo, a la facultad, al colegio de los niños… Resulta imposible contabilizar las veces que hemos pasado por allí. Tantas que seríamos capaces de recorrerlo con los ojos cerrados… O tal vez no… Porque por habituales y repetitivos solemos obviar los detalles de los lugares que más transitamos. Aunque existen excepciones. Tan minuciosamente observa David Troquier su entorno cotidiano que siempre encuentra historias que el resto no percibe.
Una vez que las localiza, las dibuja en alguno de los cuadernos que siempre lleva en su mochila. Lo viene haciendo así, cuenta, desde un viaje que realizó a Grecia: «Llevaba una libreta que comencé a utilizar como cuaderno de viaje. Pero pronto me cansé de dibujar únicamente paisajes así que empecé a añadirle elementos. Historias que me imaginaba que podrían acudir allí mismo, en frente de mí».