Un buen uso de los medios debe hacer posible el diálogo entre las diferencias personales, sociales y culturales para cuestionar la desigualdad. Artículo editorial para la Revista Aularia escrito por Concha Fernández Soto, profesora de Lengua Castellana y literatura y miembro del CEMyri (Universidad de Almería, SEIE).
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La Asamblea Nacional de las Naciones Unidas afirmaba que la revolución activa de las comunicaciones mundiales y la introducción de las nuevas tecnologías de la información hacían que los medios de comunicación pudieran aportar una contribución histórica al adelanto de la mujer.
Por su parte, el Consejo de la Unión Europea invitaba en el mismo sentido a los países miembros a animar a las agencias de publicidad y a los medios de comunicación a fomentar, en primer lugar, la creatividad y la aparición de nuevas ideas para reflejar la diversidad de funciones de los hombres y mujeres y al reconocimiento de los efectos negativos que pudieran ser provocados por estereotipos basados en el sexo, la salud física y psíquica de la población en general y de los jóvenes en particular.
Si atendemos a estas altas instancias, queda claro que en el nivel institucional, existe una sensibilidad positiva en la lucha por utilizar el potencial que ofrecen los medios de comunicación en la construcción de unas sociedades más justas y equitativas.
Y parece, también claramente demostrado que en una sociedad donde las tecnologías de la información y la comunicación han cobrado tanta pujanza, se pueda aprovechar ese potencial para contribuir a la construcción de una sociedad regida por la igualdad entre hombres y mujeres.
Porque los medios de comunicación, tanto los convencionales como los «nuevos», no son solo canales para transmitir información (a veces, podemos confundirnos y simplificar su función), sino que tienen muchísimo más alcance y trascendencia: construyen idearios y corrientes de opinión, imponen modas, perpetúan conductas, consolidan valores y además, y aquí ponemos el acento: pueden movilizar a la ciudadanía hacia el progreso de la humanidad.