
Las conclusiones permiten comprobar cómo los adolescentes se apropian de ciertas narrativas del atractivo, siendo plenamente conscientes de estas imágenes autogeneradas y de su poder para posicionarse ante sus pares, aunque se producen matices entre chicos y chicas que hace necesario seguir investigando sobre estos procesos de construcción identitaria en los jóvenes.
El artículo completo del nuevo número de la Revista Comunicar 41 puede leerse aquí.